Conceptos sobre el masaje taoísta integral.
Cuando hablamos en este articulo sobre
terapias, hacemos referencia explícita a la capacidad de sanación del método,
entendido como un conjunto de técnicas enfocadas a reestablecer el equilibrio
holístico y homeostático de la persona. Se aleja completamente de los métodos
convencionales utilizados en terapias de sanación, donde se trata la enfermedad
y no al ser humano que la padece.
El
masaje taoísta integral (MTI®) entiende que el ser humano está integrado en
tres partes indivisibles e interdependientes: Mente, cuerpo y espíritu*. Todos
estos aspectos tienen la misma importancia y han de tratarse por igual.
* También llamado “mente, cuerpo
y alma”, etc.
En
este sentido trata al ser humano de una manera holística, completa, integrando
esos tres aspectos en la terapia a seguir. Esto requiere de una comprensión
profunda previa de los factores que intervienen en la teoría y práctica de éste
método.
Mente: desarrollando una profunda
concentración, integrando la respiración y la quietud mental y relacionándolos
con el cuerpo físico. Percibir a través de esto la somatización del problema y
descubrir su origen, es el factor intencional básico.
Cuerpo: a través de las distintas
manipulaciones y técnicas suaves de masaje, y en un determinado orden, produce
una profunda distensión muscular y nerviosa, facilitando el flujo de la energía
a través de los meridianos. Se produce una profunda relajación del organismo,
conectando la mente, a través del cuerpo físico, con el espíritu.
Espíritu: Se trabaja esta dimensión espiritual al lograr
conectar cuerpo-mente en una sola cosa, escuchando y observando a la persona
como una sola identidad en perfecta unión con nosotros mismos. Un estado en el
que la percepción física de nuestro cuerpo, se funde en un todo, y un canal que
posibilita la conexión con un espacio cósmico y hace comprensible la estructura
metafísica del ser humano.
La sesión se divide en dos partes
bien diferenciadas:
1º el masaje psico-sensitivo
previo y …
2º, el trabajo energético con
los centros o chakras. (Sedación, activación)
También
es posible establecer una continuidad de la sesión, relacionada estrechamente
con el masaje tántrico, cuyos
principios son idénticos, aunque con intenciones distintas.
Durante
la terapia o sesión, se pueden manifestar diferentes reacciones, surgidas desde
los distintos centros energéticos del ser humano, como son:
Centro de conexión con la tierra (HuiYin) – Relacionado directamente con nuestra
conexión con la realidad, con nuestra capacidad de integrar nuestro ser – a
medio camino entre el cielo y la tierra – en ese espacio, en equilibrio con
todo lo material. Se conecta directamente con el segundo centro. Equivale al
primer chakra.
Centro sexual (Henggu) – Directamente responsable de nuestra
sexualidad, fuente generadora de la energía poderosa que nutre los riñones.
Manifiesta nuestra capacidad sexual. Su estimulación genera una intensa energía
sexual, que ha de ser manifestada libremente, a través de los otros centros y
del propio centro sexual, en forma de excitación. En una fase avanzada se
contempla la estimulación hasta alcanzar los “cinco picos” (cinco grados de
orgasmo), buscando que esa energía nutra todos los centros restantes en forma
ascendente. Esto es denominado en ciertas culturas hindúes como ‘el despertar de la Kundalini’.
Centro instintivo (Tantian) – Procesa todos nuestros instintos, nuestra
necesidad de supervivencia, nuestras necesidades físicas y psíquicas (necesidad
de tocar, de ser tocado, de moverse, de expresar, etc.). También se relaciona
directamente con nuestras emociones y sentimientos, pues aquí es donde se
producen los procesos bioquímicos que los generan. En su origen, tenía relación
directa con nuestra madre. Se debe dejar fluir y manifestar físicamente esas
necesidades, sin reprimir (que es lo que se suele hacer) esos instintos. Es el
tercer chakra.
Centro emocional (Tanzhong) – Relaciona todo lo que tiene que ver con
nuestras emociones, con nuestra capacidad de dar y recibir. A nivel fisiológico
tiene que ver con el meridiano de corazón y pulmón, y el ganglio torácico. Una
apertura de este centro, puede provocar una intensa emoción, llanto profundo y
una liberación de esas emociones.
Centro de comunicación ( ) – Tiene
que ver directamente con nuestra capacidad de comunicación, nuestra habilidad
para decir o no, lo que realmente pensamos. Cuando se reprime (por exceso o
deficiencia de energía), se crean dificultades de comunicación con los demás y
con uno mismo, pues ‘corta’ la circulación de la misma entre el corazón
(emociones) y la mente (pensamiento), imposibilitando el desarrollo de la
inteligencia emocional.
Centro de la mente (Yintang) – Controla todos los procesos del
pensamiento, de nuestra capacidad intelectual y nutre nuestra razón. Un
desequilibrio produce estancamiento y puede llevarnos a ciertos trastornos
mentales o como mínimo, confusión y falta de claridad de ideas.
Centro espiritual (Baihui) – Relacionado directamente con nuestra
conexión espiritual, nuestra voluntad de ‘ir más allá’ de lo superficial o
mundano.
Todas
estas reacciones se deben manifestar libremente, sin retenerlas
conscientemente, liberándose de miedos y tabúes que son, en el fondo formas de energías perturbadoras. Así, el
paciente debe manifestar sus deseos, instintos y emociones libremente y
compartirlos con el terapeuta. Pero no debe expresar sus pensamientos, sino
tratar de acallarlos, diluirlos, pues éstos, desde el intelecto y la racionalidad,
estarán siempre condicionados por la cultura y tradiciones impuestas que
actúan, casi siempre, de manera restrictiva.
La
mente debe usarse para situar todo el proceso de la terapia o el msje
correctamente en el lugar adecuado en su espacio de memoria, para, desde ahí,
producir los cambios necesarios en nuestras vidas. Es decir; debe comprender lo
que sucede, pero no juzgarlo.
Todo
esto produce un cambio gradual en nuestra manera de percibir la realidad, lo
que nos lleva a comprender mejor nuestro entorno y relacionarnos mejor con el
mismo. Nos abre el camino para desarrollar la inteligencia emocional.
Los
centros se dividen en tres partes, como hemos visto antes, y cada una de ellas
tiene que ver con una parte de nuestro organismo.
Inferior: 1º, 2º y 3º Centro, que corresponden al plano
fisiológico (Cuerpo).
Medio: 2º y 3º Centro, que corresponden a lo personal (Mente)
Superior: 6º y 7º Centro, relacionado con lo espiritual
(Espíritu).
Entendemos varias formas o
fuentes desde las que surgen estas reacciones:
·
Emociones
·
Sentimientos
·
Deseos
Instintos:
deseos de la energía acumulada en el Tantian, surgen sensaciones a partir de
reacciones fisiológicas naturales del cuerpo humano.
La
mente lo que hace es determinar si esos deseos instintivos son convenientes de
expresar o no. Se basa en ello en su conocimiento previo, en las circunstancias
y recuerdos que en la “biblioteca” de la mente tiene de antemano. Las
tradiciones y culturas hacen que tengamos recuerdos celulares incorrectos, que
impiden la manifestación adecuada de esas energías.
Esto
hace que, en muchas ocasiones, la mente establezca reglas, barreras y
obstáculos que impiden circular correctamente la energía vital a través de los
canales, meridianos y chakras. Cuando esto ocurre, se producen estancamientos
en ciertos puntos, o bien la energía se desborda en otros, creando en todos los
casos, desequilibrios, que son somatizados por el organismo en forma de
trastornos fisiológicos y orgánicos, produciendo las diversas enfermedades.
Los instintos suelen estar
controlados por la mente
Las emociones, muchas veces
desbordan la mente y la controlan.
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