martes, 19 de febrero de 2013

CURSO MASAJE


Dentro del programa de actividades previstas en nuestra escuela, volvemos a organizar un curso mono-temático sobre terapias holísticas, en este caso dedicadas al desarrollo de un tipo de terapia manual denominada MASAJE SENSITIVO, un tipo de trabajo manual basado en conceptos filosóficos taoístas.

Se trata de un taller intensivo de unas 12 horas (con posibilidad de continuación en varios niveles) enfocados a aprender las bases de este trabajo maravilloso, que busca despertar tanto la sensibilidad energética del receptor, como del que la aplica.

Es, por lo tanto, un trabajo abierto a todo tipo de personas, sin necesidad de tener formación técnica o sanitaria previa. El principal objetivo no es conseguir una titulación, sino adquirir unos conocimientos básicos aunque sólidos sobre este tipo de terapia, aplicable perfectamente y sin riesgos desde este primer nivel.

Así pues, es un taller abierto a profesionales sanitarios o terapeutas, parejas, o personas neófitas en la materia.

Con el curso se entrega dossier completo con apuntes y datos. 

El curso lo impartirá Pedro Estévez Gil, terapeuta con más de 16 años de experiencia profesional en el tema, profesor de Qi-gong y Maestro nacional de Kung-fu.

Debido a las especiales características del taller, las plazas han de ser necesariamente muy  limitadas, por lo que te ruego que, de tener interés en el mismo, me lo hagas saber cuanto antes para reservar tu plaza.

También, si lo tienes a bien, te pido que lo difundas entre posibles interesados/as.

Recibe un muy cordial saludo

Nan Mo Amituofo

Pedro Estévez

CURSO - TALLER

MASAJE SENSITIVO TAOISTA

9 - 10 Marzo 2013

INSTITUTO SHAOLIN SAN PEDRO

Coste: 90 €

(plazas limitadas)

Información y reservas: 607658200

MASAJE PSICO-SENSITIVO



         No cabe la menor duda que, la necesidad del ser humano de tocar y ser tocado, es decir, la necesidad del contacto físico, está patente en el legado histórico de las culturas de muchos pueblos, desde tiempos inmemorables.

         Desde este prisma, es imposible adjudicar la ‘invención’ del masaje o sus métodos a una cultura concreta, aunque si es cierto que, muchas de ellas, nos llegan de oriente, principalmente desde la India y China, donde ya en el año 1.650 a.JC., existían documentadas prácticas y métodos de masaje.

         Casi todas las culturas del mundo han desarrollado o adoptado técnicas de masaje en algún momento de su historia. Aunque las técnicas pueden variar bastante, y el alcance de las teorías difiere considerablemente, la finalidad del tratamiento de masaje sigue siendo siempre la misma: aumentar en el cuerpo la circulación de fluidos y energía, y mejorar la salud.

          Pero no solo en estos lejanos horizontes podíamos encontrar vestigios de prácticas de masaje, pues también en la antigua Grecia, y en el no menos fascinante Egipto, hubieron indicios de ello. La influencia de Egipto fue capital para la divulgación del masaje en otros países. La utilización de baños, de los aceites y fricciones por egipcios fue ampliamente imitada por griegos y romanos.

         Esa necesidad de tocar y ser tocado, ya existe en el recién nacido, que busca el contacto y abrazo de la madre, como lazo invisible que la une a ella. Esos lazos, poco a poco se van deteriorando a medida que el niño se va haciendo mayor, y la sociedad le va inculcando que ciertos hábitos no son buenos. Aun así, en nuestro interior, guardamos esa necesidad, que con el tiempo, y debido precisamente a su carencia, se va incrementando. Eso nos lleva a una sociedad, pretendidamente civilizada, en el que el contacto físico entre semejantes, está relegado estrictamente al ámbito familiar o de relación de pareja.

         Con ello hemos perdido a lo largo de los tiempos, cierta preciosa herramienta que nos permitía ser más humanos, adoptando roles sociales que excluían en gran medida ciertas prácticas de acercamiento físico, como los abrazos, las caricias, el darse la mano, etc. Las distintas confesiones religiosas, sobretodo las judeocristianas, abogaron casi por la aberración de estas prácticas, consideradas y etiquetadas como pecaminosas. Esta separación de alma-cuerpo-espíritu, nos condujo a considerar cualquier culto al cuerpo, como algo que era pecado, según las creencias. Esto distanció muchísimo nuestra sociedad occidental de las culturas orientales, donde

estas prácticas no solo seguían realizándose, sino que eran recomendadas abiertamente, como excelentes métodos para curar enfermedades, tanto del cuerpo como del alma.

         Entendemos pues que, el masaje, el arte de tocar con conciencia, no solo es beneficioso y terapéutico, sino que es absolutamente necesario.





DEFINICIÓN DEL TERMINO - “PSICO-SENSITIVO”



         Cuando hablamos del masaje Psico-sensitivo, estamos utilizando dos palabras que indican claramente la intención de dicho trabajo, es decir, la palabra Psico - que hace referencia a la mente, a la comprensión y la conciencia - , y la palabra sensitivo (de sensibilidad), que hace referencia no tanto al efecto que se busca, sino más bien a la intención que se pone en ello, es decir, a la estimulación se los sentidos.

         De ahí que, en un aspecto muy importante de la terapia, se trabaje con técnicas de la psicología aplicada (mente) y con técnicas de manipulación manual sobre el cuerpo físico (sentidos).

         En esta terapia, se hace especial énfasis en la utilización de nuestros sentidos y de nuestra mente (por parte del terapeuta y del receptor) para producir determinados efectos a nivel psico-somático sobre el receptor. De ahí la importancia de la profunda comunicación entre ambas personas, pues se establece un diálogo, a veces silencioso, que no necesita de palabras, aunque estas nos puedan servir en determinado momento o etapa del tratamiento.

         Así pues, se busca establecer un estrecho vínculo entre la mente y el cuerpo físico del receptor, sirviendo de vehículo nuestra conciencia, y que, al final, o durante el proceso, se manifiesta a través de las emociones.

         Cuando hablamos del MPS (masaje psico-sensitivo), estamos haciendo referencia a la conexión estrecha que existe - y que muchas veces se ha perdido - entre el cuerpo, la mente y el espíritu, y el trabajo que se hace para reestablecer dicha conexión. Y esta conexión no se puede establecer si no trabajamos desde la fuerza de nuestro corazón (sentimientos), y la guía de nuestra mente (emociones).